Día 25. Las opciones y la decisión.

Si optamos por el sistema económico social imperante en el área de influencia de los Estados Unidos de América y realizamos todas las acciones pacíficas por las cuales el mismo se termina aplicando en todos los países, en el lapso de 5 años necesitaríamos los recursos correspondientes a 6 veces lo que hoy tenemos en todo el mundo para satisfacer la demanda de la población y del propio sistema para sustentarse, con una progresión geométrica de dichas necesidades, o sea que en 10 años se necesitarían 12 veces lo que hoy se encuentra a nuestra disposición, en 15 años, 24 veces y así sucesivamente.
Inviable.

Si optamos por el sistema económico social que existe en oriente y, especialmente, en China, realizando todas las acciones pacíficas para aplicarlo, nos encontraríamos con la necesidad de que desaparezca la figura del trabajador, quien pasaría a ser un simple eslabón de una cadena de producción que requiere la presencia de esclavos, lisa y llanamente. Sin esclavitud el sistema económico no funciona. Complementándose ello con la inexistencia de derechos civiles y políticos de esa masa de gente.
Ya pasamos por eso.
Inviable.

Si optamos por el sistema socialista aplicado en algunos países europeos o el aplicado en países sudamericanos, realizando las acciones pacíficas para instituirlo en todo el mundo, nos encontraríamos con la necesaria presencia de Estados con mucho poder económico para mantener los subsidios inherentes al propio sistema y con mucho poder político para sostener la orientación de esos subsidios hacia los sectores que lo necesiten o lo requieran para equilibrarlo, surgiendo en todo su esplendor la corrupción cívico-estatal, que es la lógica consecuencia del manejo del dinero público y el copamiento de los partidos políticos por una casta que anquilosaría la participación democrática, procurando mantenerse en la órbita de ese gran poder estatal, lo que llevaría a la necesaria reacción de los sectores relegados quienes se verían obligados a intentar acceder al manejo político del Estado mediante el uso de la fuerza, por cuanto le estaría vedado el acceso de la forma tradicional ante la sugerente diferencia de su poder económico respecto de la casta dominante.
Inviable.

Si regresamos a estadios de progreso y evolución anteriores a la industrialización, el mundo caería en una indeterminada inmovilidad que inmediatamente accionaría mecanismos inmanentes en los seres humanos impelidos a evolucionar y progresar por convicción biológica, máxime ante la evidente presencia de conocimientos que invalidaría cualquier parálisis social.
Inviable.

Si continuamos con la actual situación mundial donde conviven todos estos sistemas puros y algunos otros más que son producto de la incorporación de ellos en distintas proporciones, conoceríamos la elevación y supremacía de algunos países por algún tiempo, su decadencia y, como contrapartida, el encumbramiento de otros países. El sube y baja indispensable que busca el equilibrio del todo. Lo único que habría que considerar es el momento del desarrollo humano en el que esto está ocurriendo, ya que el conocimiento adquirido por el conjunto de los hombres, la disponibilidad del mismo y la posibilidad de su transmisión en tiempo real a todos los rincones del planeta, determina el cambio sustancial de la aceptación de la realidad del hombre respecto de su entorno, porque no existe la posibilidad que alguna persona aceptase pasivamente pertenecer al grupo de países en decadencia sabiendo que hay lugares en el mundo donde se vive una realidad de abundancia. Es tan natural la reacción que es fácil advertirla en cualquier grupo humano o animal que se analice.
Extrapolando al mundo entero lo que podemos encontrar en un grupo pequeño de hombres que se ven impelidos a no aceptar pasivamente tener un nivel de vida inferior a otro que está a su alcance conocer, considerando que la información hoy hace posible que seamos una gran aldea global donde todos conocemos todo, es fácil advertir que este sistema de suma cero, donde unos tienen más que otros por el equilibrio propio del sistema, rotándose la pertenencia a los grupos de los que tienen y no tienen, no puede durar mucho más tiempo, al menos no con estos niveles de procesamiento de la información global.
He ahí la búsqueda de los que hoy tienen una posición de poder para detener el motor de la información -INTERNET-, a fin de ralentizar el cambio de posición dentro del sistema de equilibrio, intentando mantenerse en el grupo de los encumbrados.
Inviable.

¿Qué es lo que viene? Difícil predecirlo. Yo propongo la DEMOSARQUÍA.
(ver el proyecto en www.demosarquia.blogspot.com)