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Mostrando entradas de septiembre, 2016

EL DESIERTO NO EXISTE

Aquello que el hombre define como desierto sólo existe como tal porque el hombre lo definió así, pero no es lo que el hombre definió sino que es lo que el hombre cree que es sólo porque él no puede estar ahí, no porque sea desierto en sí, dado que ahí hay tantas o más cosas que en cualquier otro lugar, sólo que el hombre no puede estar ahí y sólo por ello considera que es un desierto. No es un desierto sino que está desierto de hombres y nada más. Por caso, el espacio también sería un desierto para el hombre y está más que claro que no lo es. Volvemos al concepto de creer que todo lo que el hombre ve o experimenta con sus sentidos debe ser obligatoriamente definido por el hombre considerándose el centro desde el cual definirlo. Ese antropocentrismo nefasto le impide al hombre ser y sólo logra creer que es porque considera que él define todo en función de lo que él considera importante o vital, cuando claramente no es así. Por ende y volviendo a lo que nos atañe, el desierto no existe, ...

Sociedad bipolar invertida. Causalidad de la inmadurez.

Con mi esposa compartimos la teoría que por primera vez en la historia humana nos encontramos ante una sociedad bipolar invertida, donde la generación que hoy lidera, formaliza la vida, le da sentido a las cosas, tiene una base de conocimientos relativamente inferior a la que le sigue y ésta, la próxima generación, ya se ha dado cuenta y no quiere pertenecer a ese mundo porque no se corresponde con su identidad cultural, contexto de conocimiento y conformación de su ser. Esa teoría nos surgió al ver a nuestros hijos, jóvenes y adolescentes (tenemos 4), sus amistades y relaciones y el confrontar su comportamiento con respecto a cómo interactúan con el mundo real. Somos bipolares sociales y lo somos de forma invertida, es decir, los que hacen, lideran y dirigen, tienen menos conocimientos que la próxima generación. No por nada se niegan a madurar, ya que si maduran tienen que insertarse en el pasado, en una forma de vida básica para ellos, donde no les gusta estar. Es como si nosotro...

No me importa. La nueva forma de las revoluciones.

Es mucho más complicado para un líder sortear el desinterés de alguien en escucharlo, que combatir al que lo enfrenta. Yo entiendo a los que consideran el enfrentamiento como una forma de contraponer una opinión, una visión o un sentir, pero no tiene tanta fuerza eso como simplemente ignorar al que propone lo que en realidad no nos interesa. Es más humano, menos beligerante y más efectivo decirle a alguien que no nos interesa lo que tiene para decir, que criticarlo por lo que dice. Abogo para que simplemente ignoremos lo que no nos interesa escuchar, sea lo que sea. Ignórelo, haga como si no lo escuchó. ¿Qué pierde al hacerlo? Nada. Evitemos el conflicto, pero sin debate, sin discusiones, sin búsqueda de consenso, simplemente ignorando al que dice lo que no nos interesa escuchar. Si esto le parece anarquista o equivocado, no me importa.