Gobiernos pragmáticos y democracia.
La derrota del pragmatismo está en su esencia si indefectiblemente debe competir en un sistema democrático y republicano. No son compatibles.
Lo pragmático sólo sirve en tanto eficaz y ello no lo es más que al sujeto y nunca al conjunto, por ende para ser un elemento de victoria electoral, el pragmatismo debe obtener resultados de éxito en la mayor cantidad de sujetos suficientes como para que la elección se vuelque hacia el que proponga lo pragmático, siendo ésto contradictorio con el capitalismo liberal basado en el éxito individual que necesita competir en un sistema económico de suma cero (por eso el problema de los déficit fiscales y otros).
Si la suma tiene que dar cero para que haya consistencia macroeconómica, entonces lo que tiene un sujeto es exactamente lo que deja de tener el otro sujeto y ello, si bien pragmáticamente liberal y no ideológico, hace que indefectiblemente haya un voto a favor y un voto en contra para quien sostiene el referido sistema. Luego, dado que hay mayores posibilidades de que menos personas tengan éxito en la práctica liberal capitalista, los votos serán proporcionalmente a favor en función de la cantidad de exitosos, lo que hace que sean minoría y el círculo no cerrará con éxito continuo, sino sólo temporario en tanto el poder lo tengan los pragmáticos.
Eso es la historia de occidente y mucho más la de América Latina, tanto como que las políticas pragmáticas siempre necesitaron de gobiernos no democráticos y cuando lo aplicaron aquellos insertos en el sistema republicano y democrático, fracasaron rotundamente, tal como es de esperar en virtud de lo analizado.
El sistema democrático bipartidario con partidos afines, es el único compatible con el pragmatismo, por eso la búsqueda de una oposición afín que hace el Gobierno de de la Rep. Argentina de Mauricio Macri.
Han entendido que las definiciones deben ser dentro de la democracia y ello, ante la manifiesta incompatibilidad con el pragmatismo, determina que busquen la imposición de una oposición y la desaparición de aquella incompatible con el “método pragmático”.
Aquí es donde entra el “partido judicial”.
Quien tenga la posibilidad de otorgar el mayor éxito individual a la mayor cantidad de sujetos, obtendrá la preeminencia y eso es “puro pragmatismo”.
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